Lord David Owen explora las enfermedades de los líderes mundiales del último siglo
El político británico nos habla de un síndrome que afecta a muchos dirigentes: el 'hybris' o el desprecio por las opiniones de los demás.
A continuación os ofrecemos la transcripción íntegra y traducida al castellano de la entrevista que Eva Cruz le ha hecho a Lord David Owen.
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Si, como gobernante, tuvieras que mandar a tu país a la guerra¿ ¿qué droga tomarías?
Está es sólo una de las muchas revelaciones y reflexiones que ofrece Lord David Owen, político, médico y ex ministro británico, en su último libro, 'En el Poder y en la Enfermedad', publicado por Siruela.
David Owen fue ministro de Sanidad de 1974 a 1976 y de Exteriores de 1977 a 1979 en el gobierno laborista de James Callaghan. En 1981 fundó el Partido Socialdemócrata del Reino Unido, hoy desaparecido. Ha sido rector de la Universidad de Liverpool, es miembro de la Cámara de los Lores y en los 90 tuvo un papel destacado en la pacificación de la antigua Yugoslavia. En su último libro explora las enfermedades de dirigentes mundiales de los últimos 100 años, y también un síndrome que afecta a muchos de ellos: el hybris, derivado de la antigua palabra griega para definir la arrogancia y el desprecio por las opiniones de los demás que aqueja a muchos poderosos.
Asuntos Propios: ¿Hubo hybris en las decisiones que tomaron Wall Street y los mercados financieros desde hace 6 ó 7 años y que han desembocado en esta crisis?
David Owen: Desde luego. De hecho, has tocado un tema que me gustaría fuera examinado con detalle, probablemente por otras personas. He escrito un capítulo muy corto en la nueva edición de mi autobiografía sobre la crisis financiera de 2007, que sigue con nosotros, de manera muy grave en España, con un desempleo muy alto, y con nosotros en el reino Unido, donde padecemos un enorme déficit fiscal. Tiene una importancia profunda y creo que hasta un análisis superficial de los líderes de algunos de los grandes bancos que se desmoronaron, ya sea Lehman Brothers o AIG o la controversia actual sobre BP, ves que la hybris subyace a todo. Normalmente el patrón lo marca el jefe ejecutivo, el CEO, pero puede extenderse desde el mando hacia toda la compañía, de forma que se observa hybris colectivo. Esto es muy dañino. Siempre hemos sabido, particularmente en las organizaciones financieras y en los parqués, que había una tremenda cultura de lo macho, la sensación de que funciona a base de testosterona. Pero siempre habíamos supuesto, y tenido la esperanza, de que aquello no afectara a los que tomaban las decisiones clave en las empresas, ni a la gente que tenía que ver con nuestros bancos. Pero esta mezcla de bancos de inversión con los bancos normales donde todos metemos el dinero ha llevado a que la gente opere con mucha alegría con cuentas de ahorro básicas. Creo que esto ha causado un gran shock, y bastante sorpresa a la gente que no estaba familiarizada con ello. Hace falta ocuparse de ello, pero hace falta ocuparse de ello a un nivel profundo. No basta cambiar la regulación, porque esto tiene que ver con el comportamiento humano. Es sobre por qué la gente, cuando se acerca cada vez más al poder, se vuelve más fácil de corromper. Es una sentencia muy antigua de la vida británica, atribuida a Lord Acton: todo poder corrompe, pero el poder absoluto tiende a corromper absolutamente. Curiosamente, en esa misma carta en que la que se incluyó esa sentencia, hace tantos siglos, Lord Acton dijo también algo bastante importante¿ Es una historia graciosa: estaba yo en la Cámara de los Lores, buscando el texto exacto de la frase de Lord Acton, porque la gente suele olvidar la palabra ¿tiende¿ en esa frase¿ y un hombre que estaba junto a mí me dijo, ¿anda, está usted leyendo eso¿¿ y le dije que sí, y me dijo, ¿es muy interesante, ¿pero ha leído lo que sigue después de la sentencia?¿ y le dije que no¿ y él me señaló otro párrafo en el que se decía: ¿Cuando la gente está en el poder habría que juzgarlos por estándares más altos, no hay que excusar su comportamiento, no hay que buscar exculpaciones. Si ocupan un cargo habría que juzgarlos por los criterios más estrictos.¿ Y le dije, qué interesante, ¿cómo conocía usted eso? Y se giró y me dijo: porque yo soy Lord Acton. ¡Era el tatataranieto del famoso Lord Acton! Lo que da una idea de la poca frecuencia con la que voy a la Cámara de los Lores, que no sabía quién era...
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