por Carlos Alberto Montaner
Maduro anunció su nueva estrategia para
enfrentarse a la catástrofe venezolana. Insiste en los errores de siempre. No
va a rectificar. Mintió. Inventó culpables y conspiraciones. Optó por huir
hacia delante. Lo hizo tras un inútil recorrido en busca de recursos por varios
países, incluida China. Apenas consiguió unos pocos créditos y la vaga promesa de ciertas
inversiones. Ya no le creen. Incluso, los que tienen ciertas simpatías
ideológicas tampoco le creen. Por eso le han cerrado el grifo.
Hacen bien en no confiar en el chavismo. Nadie ignora que esta
patulea de incapaces, además de maltratar severamente a la población, y de
convertir al país en un narcoestado terriblemente corrupto –el más podrido de
América Latina de acuerdo con Transparencia Internacional–, ha malgastado miles
de millones de petrodólares. ¿Cuántos? Para que el azorado lector se haga una
idea: la cifra es mayor que la suma de todos los ingresos recibidos por el
Estado venezolano desde que Simón Bolívar consiguió la independencia en el
primer cuarto del siglo XIX.Maduro anunció su nueva estrategia para enfrentarse
a la catástrofe venezolana. Insiste en los errores de siempre. No va a
rectificar. Mintió. Inventó culpables y conspiraciones. Optó por huir hacia
delante. Lo hizo tras un inútil recorrido en busca de recursos por varios
países, incluida China. Apenas consiguió unos pocos créditos y la vaga promesa
de ciertas inversiones. Ya no le creen. Incluso, los que tienen ciertas
simpatías ideológicas tampoco le creen. Por eso le han cerrado el grifo.
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